LOS PRESCINDIBLES

Me gusta archivar informaciones y a veces las traigo al aquí y ahora. Cada vez que un tipo de estos que se creen muy importantes socialmente, por ser polítiquillo, famosete, deportista de éxito o directivejo del copón, hablan de que ganan poco o necesitan más amor y cariño del personal, me viene a la mente lo que al final expongo. Hace algo más de dos años el que era presidente del consejo del poder judicial se lamentaba de tener que viajar en clase turista en el AVE pues no era "la mejor imagen" para alguien como él dado el rango institucional que desempeñaba. Aquellas manifestaciones removieron bilis a raudales. Había que tener muchas ínfulas de gran señor o menos sensibilidad social que un mosquito para pensar y decir semejante sandez, pero el tipejo las dijo. Casi por el mismo calendario una señora estupenda y con mucha guasa que asomaba el careto por la TVE afirmaba en uno de sus frecuentes ataques de súper ego, que en su cadena era "la que más trabaja, la que más resultados de audiencia tiene y la que menos cobra". Dijo, palabra arriba o abajo, lo mismo que dicen millones de asalariados mileuristas a sus jefes y directivos, sólo que sus quejas no salen en los periódicos y nadie las tiene en cuenta mientras que cualquier rebuzno de la guapa doña lo publican tropecientas revistas del corazón y del hígado. Y ahora viene el primer "Zas en toda la boca" de esta bitácora (vendrán otros cuando sea menester) contra esos tipos a los que me refería al inicio, dos de los cuales he señalado a modo de ejemplo. ZAS contra estos tipos y tipas que se creen imprescindibles en la sociedad, debiendo ser reconocido su valor y talento con todo tipo de lujos y prebendas. Pues va a ser que no, porque esta sociedad, y cualquier otra, puede prescindir perfectamente de un presidente del consejo del poder judicial y de una presentadora de televisión, de un futbolista goleador o de una actriz cachas. De lo que no puede prescindir es de un médico, un profesor, un empleado de la limpieza, un electricista, un agricultor o un policía.