Decía en la bitacorada anterior que en estos últimos 40 años mi sensación era de "mucho hablar de cambio" cuando en realidad lo que hemos tenido ha sido un gran "cambiazo". Por ejemplo: la burrocracia. Sólo Hacienda se ha adaptado a los tiempos, hasta el punto de que a una gran mayoría del personal le ofrece casi hecha la famosa declaración de la renta. Para esto sí se han puesto las pilas los que han gobernado este país en todo este tiempo. En el resto de asuntos aún sigue el "vuelva usted mañana", "hay que estudiar su asunto y eso llevará tiempo" (mucho), "le faltan los siguientes papeles...". Todavía se sigue pidiendo el certificado de nacimiento para según qué cosas, los trámites por la herencia de una vivienda, sin el testamento, cuestan meses y cientos de euros, en la matriculación en la enseñanza obligatoria los padres acuden en tres meses al colegio más veces que en diez años al dentista. Y, encima, con la cosa digital, ahora muchas administraciones tienen doble gasto: el digital y el de papel (repetición de la jugada). Y si nos vamos a la justicia, su torpe, lento e hiperburocrático funcionamiento la retrotrae a tiempos de hace más de un siglo. Aquí se sigue cumpliendo la máxima de "hagamos que parezca que todo cambia para que todo siga igual". Pandilla de ineptos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Si no hubiera miles y miles de personas dedicadas a la burrocracia que criticas tan ácidamente el paro aún sería mayor, Puñetas. Hoy he estado en una sucursal de Correos para enviar un paquete. Recoger una carta certificada venía a durar unos cinco minutos. Entregar un paquete para envío llegaba a los diez minutos entre diversas bagatelas. Y todo con un ritmo a cámara lenta...
ResponderEliminar