LA CORRUPCIÓN EDUCATIVA

No sólo de corrupción económica y política vive el hombre. Lo señalaba el otro día el insigne filósofo Emilio Lledó, uno de los pocos sabios de este país que aún no se han muerto. "La triste corrupción de nuestro país es la de la educación, la corrupción de la mente, la pérdida de la libertad mental". "Si metemos en la cabeza de los niños unos grumos pringosos ideológicos que les priven de la facilidad de pensar y de la fluidez de las neuronas, les hemos aniquilado la mente", indicó LLedó. Hasta aquí, comulgamos y hasta nos licuamos con don Emilio. En lo único que disentimos es que estas y otras llamadas de atención (gloriosas) las tuviese que hacer en un programa de (mal) "humor", ante un histrión sectario y cínico como es el Wyoming, aunque quiero pensar que el ilustre filósofo no pierde el tiempo viendo a los bufones que salen en las telemierdas y que el único que tuvo la cara (dura) de llamarlo fue aceptado de oficio. Qué mal tiene que estar un país para que uno de sus más preclaros y cultos ciudadanos sólo tenga la oportunidad de hablar ante un amplio auditorio en un programa bufonesco. (Otra corrupción, la de los medios, a añadir a las restantes, don Emilio).