LOS TROLEROS DEL CAMBIO

Echo la vista atrás  a lo largo de mis últimos cuarenta años y pienso qué palabra he escuchado más en todo ese tiempo. No tengo dudas: CAMBIO. El cambio, por el cambio, todos por el cambio, el cambio ahora, etc. Palabras oídas por tierra, mar y aire con la convicción por parte de quienes las decían de que llegaban nuevos tiempos, que había que arramblar con lo viejo y periclitado. La palabrota se la he oído a los de derechas, izquierdas y mediopensionistas, a los famosos y anónimos, a los listillos y a los tontuelos. Y así vamos, de cambio en cambio cambiando hasta el descambio final porque aquí nada cambia ni se transforma: sólo se disfraza. Aires de cambio nos llegan tras las últimas elecciones donde todos los partidos hablaban del cambio, incluido los que llevan cuarenta años gobernando, como los psocialistos/as andaluces. Tengo la sensación de que en las 4 últimas décadas lo que más nos han ofrecido los políticos, economistas de postín, famosetes varios y gente VIP ha sido el CAMBIAZO. Todavía nos queda mucho para ser un país normal de Europa, aún seguimos a la cola en lo más capital (educación, cultura y ciencia) y todavía, cuando hurgas un poco en los higadillos ajenos, se palpa el sectarismo, el guerracivilismo, el catetismo y la falta miserable de sentido crítico. Demasiados gritos, corruptelas, embustes y mandangas. Menos CAMBIO y más DECENCIA intelectual y moral.