Siempre he pensado que el Poder debe de estar lo más lejos posible. En Spain, con el derrochador modelo de Blancanieves y las 17 autonomías, lo tenemos metido hasta en la cama. Nos tienen controlados, apesebrados y narcotizados hasta los tuétanos de los huesos. Nos controla el gobierno central, el más lejano. En lo que no puede o llega, nos alcanzan los garfios y garras cercanas del gobierno autonómico. Y si aún queda alguna parte de nuestro cuerpo que dirigir, reglar, legislar, saquear..., no problem, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos locales nos meten mano hasta no dejar libre de contagio gubernamental ni un sólo poro de nuestra piel. Y todo esto, además, lo hacen gracias a que nos estrujan a impuestos.
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Son expertos en jodernos por todos nuestros poros
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