Hay un refrán español que considero uno de los más sabios y acertados: "El muerto al hoyo y el vivo al bollo". Y es que del difunto ya nadie podrá sacar tajada ni con multas de tráfico, ierrepeefes, ivas, créditos, etc. Curiosamente, con el matarife, terrorista o cabestro que envió al muerto al otro barrio, se sacarán un buen sueldo penalistas, abogados, jueces, carceleros, psicólogos, policías ... Por eso lo que preocupa a tanta gente no es el muerto (al que ya no podrá sacarle la pasta) sino el vivo, el cual dará de comer a bastante personal. El muerto, puff, en cuatro días no engordará ni a los gusanos.
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El muerto ya no da de comer ni a los gusanos desde que se ha puesto de moda la incineración...
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