LA LIDERESA SUSANA

Sólo en una sociedad idioticrática como la nuestra se pueden producir fenómenos mediáticos y políticos como el de Susana Díaz, la nueva jefa del psocialismo andalú, instalada en la nada desde que el dedazo de Griñán la colocó de sucesora y luego revalidada por el voto popular (no precisamente el del PP) en unas elecciones adelantadas con traición, nocturnidad y alevosía (antes de que el espantajo de Podemos pudiera hacerle daño). Sobrevenida a “nueva líder del psoe” aún recuerdo algunas de sus pamemas de frases hechas al uso: “Me voy a dedicar al Gobierno, me voy a tirar a la carretera y voy a ir mucho a Madrid” o “Estoy convencida de que hay que llevar un cambio al partido”. Luego la ungió un muerto-viviente Zapatero, que se dejó caer una tarde por Sevilla, con alquel chiste tan famoso de “con Susana empieza la renovación”, ella, que lleva en el partido desde que la destetaron.

A Susana Díaz le viene como anillo al dedo la famosa frase de Groucho: “Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria”. La miseria de haber sido encumbrada en un pis-pás a lideresa del psocialismo (además de presidenta de la Junta es secretaria general del partido, con el 98,6 % de los votos de los delegados) sin haber demostrado nada: su valía intelectual, su inquietud moral o su ideología real porque tras muchos años desempeñando cargos orgánicos (me da el olfato que se acerca a los 20) lo único conocido es su lealtad perruna a la dirección del partido en cada momento.

Ahora nos ha salido “crítica” y “renovadora”. Que le pregunte a Alfonso Guerra, autor de aquel famoso “renovadores de la nada”. Este culto al liderazgo, una de las señas de identidad del psoe, es vomitivo y más tratándose de un partido que se dice de “izquierdas”. Pretender vendernos la milonga de que con Díaz llegó el relevo generacional es tomar por idiotas a los ciudadanos. Con doña Susana ha llegado –simplemente- un nuevo maquillaje para la causa: mantenerse en el poder a cualquier precio, incluyendo el del engaño permanente. “No podemos asumir que el paro en Andalucía tenga que ser siempre superior al del resto de España” –dijo la doña un "ilustrado" día tras su triunfante ascensión a la secretaría general. ¿Y qué ha hecho tu partido, para impedirlo, tras más de treinta años de gobierno en Andalucía? ¿Y qué ideas originalísimas tenías para romper esa racha achacable a las políticas de subvención, per, corrupción y a vivir que son dos días? ¿Y qué fantásticos proyectos llevas aplicando desde que cortas la bacalada andalucera como cocinera suprema? Más de lo mismo. O sea, más de nada.

La nueva lideresa del sur resulta ahora que tiene los ojos azules, luce grácil figura, es inteligente cual Felipe y más cercana al pueblo que la Pantoja. El culto cerril al liderazgo obra milagros. Eso sí, al lado de Griñán o Chaves es la alegría de la huerta lo cual, en estos tiempos que corren, hasta es de agradecer. Será por eso que, desde Madrid, los medios de comunicación conservadores y mucho quisque (los que no tienen que aguantarla en el día a día) le muestran su apoyo para que dé el salto a la capital, arrastre a Pedrito Sánchez al olvido y le saque las uñas y los ojos al Iglesias y toda su patulea. La creen un dechado de virtudes y de ideas políticas renovadoras. Porque no la conocen, claro. Volviendo a las comparaciones con los Griñán y Chaves, éstos le dan cien patadas en los higadillos en formación y nivel cultural. Sólo queda saber si hay empate en cuanto a nivel trilero. En eso lo tiene más difícil porque los amigachos, por acción (Chaves) u omisión (Griñán) lo hicieron de escándalo, pero cosas más difíciles, Sancho, se han visto en esta tierra.

UN POQUILLO DE HISTORIA GRÁFICA