LA SOPA BOBA DE LAS CIGARRAS

Asisto patidifuso al caudal de dinero que las administraciones derrochan últimamente, quizás por aquello de que ya huele a voto y se acuerdan que hay que comprarlo con unos cuantos euros, ya que la gente es feliz y tonta y se vende por un platillo de lentejas: planes de familia en diversas comunidades, per o renta agraria a tutiplén, subvenciones a porrillo... Pero por otro lado, vemos todos los días que los colegios públicos están ruinosos, que faltan miles y miles de plazas en residencias para nuestros mayores, que los juzgados están atorados de papeles y los hospitales de enfermos en lista de espera... Estamos, pues, como siempre, o sea, que el dinero que se llevan los poderes públicos a costa del sudor de nuestra frente, se emplea por éstos con unas prioridades bastantes sospechosas. Hay pasta para tropecientas mil televisiones públicas pero no para arreglar el firme de las carreteras. Las agencias de publicidad se forran con las costosas campañas propagandísticas de nuestros multigobiernos pero no hay un puñetero euro para mejorar el alumbrado público de las barriadas periféricas de las ciudades. En fin, que mucha la jeta y poca la vergüenza. (Escrito en la web por el Puñetas no en el día de hoy sino  el 5/02/2003. Hay quienes jamás aprenden nada nuevo).