Las señoras Carmena y Colau, alcadesas por la gracia de Podemos (aunque dicen que no pertenecen a dicho partido) acaban de fichar a su sobrino y a su novio, respectivamente, para efectuar labores de asesoramiento y tal en sus Ayuntamientos. Los adversarios de Podemos han puesto el grito en el cielo, como es natural, (me refiero a que su hipocresía es natural), y los jerifaltes y amigachos de la organización populachera han afirmado que todo es legal, bueno, bonito y barato. Reacciones habituales en el mundo del politiqueo lo que viene a demostrar que sigue brillando el mismo sol y que, igual que aquellos a quienes vienen a sustituir, los nuevos podemitas tampoco se cortan un pelo a la hora de justificar lo injustificable. Así, Echenique, el jefe de Podemos en Aragón, ha dicho en una telecaca que lo de Carmena y Colau “no es enchufismo. Nosotros cuando hemos hablado de enchufismo lo hemos hecho sobre personas que no tienen capacidades para llevar las labores con solvencia en beneficio de la ciudadanía”. O sea, que el sobrino y el novio de tan augustas alcaldesas sí que están preparados para la vida moderna mientras que los familiares que contratan el resto de partidos son una piltrafilla. Vale, Echenique, campeón. Sois igual que el resto de la cuadrilla (y mira que es fácil diferenciarse), sólo que –encima- os la dáis de más incorruptos que el brazo de Santa Teresa.
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Tenía al Echenique en más alta estima intelectual y moral. O es una metedura de pata su justificación o es el mismo perro que los de antes pero con otro collar.
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