De un tiempo a esta parte una epidemia corre por el solar patrio: el amor perruno. No sé si quedará alguna familia que no tenga un televisor, su teléfono móvil y…su perro. Es curioso el grado de cretinez al que puede llegar una sociedad. De la noche a la mañana aquí tó el mundo con el perro. No es un problema de aumento del nivel de vida como no hace mucho escuchaba a un político de estas tierras (seguro que su perro tiene más inteligencia que él). Es un problema de moda, de puro borreguismo. (¿O debería decirse perriguismo?)
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