Timadores ha habido siempre. Y estafadores. E ideólogos. Vivos dedicados a engañar a los bobos. Su máxima es que "la gente es tonta". La gente se cree lo que les eches. A veces jugando con su buena fe, otras con su ambición, otras con su comodidad. Observo, sin embargo, que el número de gente engaña-bobos aumenta cada día, a pesar -se supone- que las sociedades son más cultas que antes, hay más información, andamos más sobre aviso de los peligros que nos acechan... Pero, ¡que si quieres arroz, tío Melecio! Cada vez hay más engaños, más mentiras, más bobos, más vivales. No es sólo que la publicidad y la propaganda sean las reinas de la casa. Es que el personal parece que anda encantado con que le engañen. Y no me vale que sea por razones de soledad, querencia, necesidad, etc. Nunca han sido bienaventurados los tontos, así que ya está bien de mitificar a tanto paleto como anda por el mundo.
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Bienaventurados por los tontos porque de ellos será el Reino de la Idiocia.
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