¡ PADRE CHÁVEZ QUE ESTÁS EN EL CIELO !

Primer taller para el diseño del sistema de formación socialista del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Día 1 de septiembre de 2014. Caracas. No estuvimos allí en cuerpo presente (no queríamos hacerle la competencia a Hugo Chávez) pero sí con la desbordante imaginación que nos caracteriza. Gracias a ella y a las noticias de prensa surgió este cuento del que no nos hacemos responsables si tiene algún parecido con la realidad. Publicado en una bitácora ya desaparecida, lo rescato y republico en la seguridad de que los amadísimos hermanos/as de PODEMOS sabrán apreciarlo como es debido. El resto de la tropa nos retorceremos por el suelo sobre tanta estupidez. Y el que no se la crea que vea el video del final. ¡Tenemos mucha imaginación pero aún así es limitada!

—¡Alabado sea el taller para la formación socialista del PSUV….!

—¡Alabado! 

—¡Alabado sea nuestro presidente actual, el gran camarada Nicolás Maduro!

—¡Alabadísimo sea!

Entre alabanzas, loas y peloteos varios andaban en las postrimerías del taller formativo cuando en ese momento un “pajarito chiquitico” apareció por entre las columnas y fue a posarse en la mesa presidencial, colocándose cerca del micro.

—Pio, piripi, pirripipí…

Los allí presentes, habituados a los milagros en vida del comandante Chávez, ni se inmutaron ante la aparición del pajaruelo, el cual continuó:

—Pio, poropó, porropopó…

Cuentan las crónicas que el piar y el cloquear de la avecilla duró unas cuatro horas y media y que nadie tuvo la osadía de interrumpirla. Nadie se movió de los asientos y a nadie se le ocurrió echarle una red encima por pesado. Sólo consta en las actas que el delegado Nicolasete Tarugo, primo hermano del presidente Nicolás Maduro, llamó por teléfono a éste para decirle que Chávez repetía la jugada del pajarito. Lo que le contestara el presi debió ser algo similar a lo que ocurrió cuando meses atrás, en plena campaña electoral, qué casualidad, un pajarín se le apareció en un mitin en casa de Hugo Chávez:

“—Me silbó, me lo quedé viendo y yo también le silbé. El pajarito me vio raro, ¿no? Silbó un ratico, me dio una vuelta y se fue y yo sentí el espíritu de él”.

Así que todos los delegados del taller de formación estaban convencidos de que el pajarito charlatán era también ÉL. Algunos permanecieron de rodillas durante la larga perorata del avezuelo; otros rezaban con los brazos en alto y la mirada perdida; los menos trataban de descifrar el mensaje oculto del discurso y casi todos, viendo que el taller iba a para largo, sacaron de sus bolsos y bolsillos todo tipo de sustancias alucinógenas que llevaban preparadas para la ocasión. 

Por fin el trinar acabó y la avecilla emprendió el vuelo no sin antes acercase a curiosear cerca del escote de una delegada, la cual se puso más roja que la boina que llevaba. El pájaro soltó un "parrapapá" que todos entendieron como un “tía buena” y emprendió el regreso por el mismo camino de la venida.

—¡Alabado sea el presidente Chávez! 

—¡Alabado, alabado! —gritó toda la sala a través de todas las gargantas de todos los delegados, pero todos todos. 

—Acabamos de asistir, queridos camaradas y delegados, a la prueba irrefutable de que nuestro comandante Chávez sigue con nosotros tutelando el devenir histórico de Venezuela y de los venezolanos buenos, esos que nos votan. Igual que Jesucristo se apareció a sus discípulos en forma de paloma tras su ascenso a los cielos, así nuestro presidente vitalicio lo hace en forma de pajarito autóctono. ÉL siempre estará con nosotros, amén.

En ese momento, llorando a lágrima viva, todos los presentes se pusieron en pie y fue cuando la delegada María sacó una hoja, se acercó al micro y comenzó a rezar:

—Chávez nuestro que estás en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos, amén. ¡Viva Chávez!

La emoción colectiva se podía cortar como una sandía cuando le metemos una buena faca. Eran momentos históricos (otros más) para los presentes, el presidente vivo, el presidente muerto o reencarnado y para la revolución bolivariana, tan escasa en papel higiénico pero tan abundante en milongas. Entonces tomó la palabra el que cortaba el bacalao en el taller:

—Camaradas: se acerca la clausura de este primer taller formativo en las milongas de nuestra revolución y nunca hubiéramos esperado lo que hoy aquí ha acontecido. Nuestra delegada María pasará a la historia por su “Chávez Nuestro”, solicitaremos a Roma la canonización de nuestro Comandante Eterno y en un par de minutos llegará nuestro maduro Presidente a clausurar el acto y poner el broche de oro a los históricos momentos que estamos viviendo.

Un miembro de la mesa se acercó al hablante, diciéndole en voz baja:

—Está aquí el que ha servido a los delegados todos los alucinógenos. Dice que necesita cobrar urgentemente pues le ha salido una ocasión única para escaparse a Miami con la querida.

—Un momento, camarada.
 
Dirigiendo el careto hacia el patio de butacas, elevó el tono:

—Antes de que llegue nuestro querido presidente, el vivo, quiero agradecer desde aquí la presencia del representante español de PODEMOS, al que Dios y Chávez guarden muchos años. Espero que transmita a los revolucionarios españoles el milagro aquí vivido y pronto veamos a su partido hermano dirigiendo las riendas del Reino de España y sus cuarenta Taifas. 

En esas sonaron fanfarrias y violines: llegaba Nicolás Maduro para clausurar el taller. Todo el mundo comenzó a aplaudir fuertemente menos un tipejo enano y bigotudo al que dos matones llevaban arrastras camino de no se sabe dónde.

—¡Mamones! ¿por qué no me pagáis? ¡Yo he cumplido con mi parte del trato! ¡Mamones, que sois unos mamones!