UN CRETINO LLAMADO SABINO ARANA

Sabino Arana fue uno de los muchos cretinos mentales que ha pasado a ser famosín simplemente porque sobre sus majaderías locuelas se fundó un partido político: el PNV. Un partido más de derechas que mi mano derecha pero al cual los politicastros de izquierda, cuando se trata de comprarles sus votos, tratan como si fuera de la izquierda más radical. Cosas inexplicables de la anarcopolítica española.

Pero volvamos al Arana de las narices. Si no llega a ser por lo del PNV (si quieres impunidad, envuélvete con la bandera de la política, aunque sea para delinquir) el tal Sabino habría pasado el resto de sus días criando ladillas en un frenopático. Más se hizo tan famoso y tiene una descendencia tan enamorada de sus majaretadas que ahora posee en el País Vasco no sé cuantas calles a su nombre y más de uno tendrá en el espaldar de la cama su fotografía, teniéndole como testigo mudo del polvete de fin de semana (dentro de un orden sexual, porque estos tipos del PNV –repito- son más de comunión diaria que la abuela de Caperucita). El tal meningítico mental, cuando era menor de edad (toda su vida), dijo unas cosas tremendas, las cuales siguen en el caletre de la mayor parte de los dirigentes y simpatizantes del PNV y no afirmo lo mismo de los votantes porque,por definición, el votante que habita al sur de los Pirineos lo hace más con los higadillos que con la cartera.

Don Sabino el cretináceo dejó para la posteridad algunas perlas como éstas:

• El aseo del vizcaíno es proverbial; el español apenas se lava una vez en su vida.
• El vizcaíno no vale para servir, ha nacido para ser señor; el español ha nacido para ser lacayo y siervo.
• El vizcaíno es amante de su familia y hogar; entre los españoles el adulterio es frecuente. El 95 % de los crímenes que se perpetran en Vizcaya se deben a mano española, y de cuatro de los cinco restantes son autores vizcaínos españolizados. • A los maestros maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas.
• El vizcaíno es laborioso; el español, perezoso y vago. El vizcaíno es emprendedor, el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale.
• Nuestra raza, singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la raza española, ni con la francesa, ni con ninguna raza del mundo.
• Oíd hablar a un vizcaíno y escucharéis la más eufónica, moral y culta de las lenguas, oídle a un español y si sólo oís rebuznar, podéis estar satisfechos.
• En pueblos tan degenerados como el maketo, resulta el sufragio un crimen, un suicidio.

La obvia conclusión, a la luz de semejantes cretinadas (una gota en un mar de aguachirle) es que el burro de Arana debía ser mucho más inteligente que su dueño. ¡Menudo “cromo” el tiparraco! Pero ahí sigue, vivito y coleando (aunque adaptado a los nuevos tiempos y lenguajes) en la boca y cerebro de sus herederos, los actuales dirigentes peneuvistas. Me acuerdo de un tal Arzallus, dirigente supremo del PNV en los años duros de la Eta: “Prefiero a un negro que hable euskera a un blanco que lo ignore”. Dijo muchas más cochinadas (e hizo) pero como muestra bien vale una misa peneuvesca.